Tres generaciones simbólicamente acobijadas en una marea violeta, en el día que las mujeres hicieron muestra que sin ellas, el mundo para.
Las concentraciones para la Huelga del 8M en Zaragoza han sido históricas, desde la participación de muchas mujeres de diferentes razas, credos, niñas, niños y hombres hasta dar fin con la lectura de un manifieto hermoso que nos invitaba a unirnos a todas las mujeres del mundo en una misma lucha anti-capitalista, anti-racista, anti-guerra, anti-armamentista, anti-clasista, anti-colonialista, anti-patriarcal, etc.
Me voy con el alma contenta, de haber gritado consignas que me identifican como mujer latina y emigrante para seguir con la lucha violeta desde mi trinchera lejana; porque la revolución será feminista o no será.
