Mi primera vez en El País Vasco. Llegué con el corazón
arrugado por todo lo que sucedía en Honduras, la noticia del asesinato de
Bertha Cáceres me había calado de forma profunda, pues meses antes yo conocí
esa sensación, la impunidad arrebatando un pedazo de mi piel. Bilbao, me
ofreció el cariño y la confianza para desnudar mi lengua… Más que todo mi
corazón. El País Vasco, el rincón más humano que he encontrado en España,
corazones rudos que saben amar en solidaridad.
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