De esos viajes que sorprenden. Me sentía una completa
ignorante en el momento de tomar el tren en Barcelona para llegar a Girona,
ciudad llena de historia y cultura. Mi pobre madre no aguantaba mis largas
caminatas ante mi asombro, regresar en el tiempo en las calles de los barrios judíos,
los baños árabes y esos fuertes descomunales con torres que protegían la ciudad,
iglesias, paisajes y como plus una de esas cosas que no imaginaba encontrar: un
puente de hierro hecho en 1877 por la compañía del ingeniero Eiffel, el mismo
que luego construiría la Torre en París y muchas otras cosas en Europa. Mi
viaje fue tan bueno, que hasta comí frijolitos con cuajada gracias a nuestra
anfitriona. En fin, acá les comparto un poco de imágenes de otro de los tantos
lugares hermosos que sobran en España.
