Otra vez mi trabajo me permite conocer nuevos rincones de mi país, es más compartir con hombres y mujeres campesinas que trabajan por igual la tierra, hombro a hombro, o como lo diría uno de los pobladores que conocí "Ninguna mujer de acá le tiene miedo al azadón".
Mi experiencia este día es bastante reflexiva, si es verdad que siempre he considerado que el trabajo de la tierra es difícil, jamas lo había sentido en mi piel recién quemada como alumna de los maestros y maestras del campo.
Un almuerzo corto a las 3:00 p.m. en una paila de papas cocidas con cuajada para todas y todos los que trabajamos este día bajo el candente sol, es una de las comidas más deliciosas que he tenido el placer de saborear en mucho tiempo. Así es el trabajo del campo difícil, cansado, bonito y NO gratificante para cualquiera.¡Es un trabajo de todo el cuerpo y no sola una parte de el!
¡Es un trabajo completo!
Chilingatoro = SERENIDAD!
ResponderEliminarA pesar de todo....
MUYYY HERMOSO
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